La noche que se trasladó, me dijo que si su padre iba a dejar a su familia, al menos podía hacerlo por una buena. De modo que cambié de idea y salí a toda prisa a la noche fría; la luna arrojaba un delgado prisma de luz sobre el carro. Jo se desplomó sobre la tapa bajada del retrete. Le grito sobre los ruidos de mis patadas. Jo estaba ceñuda. -Pero fue la aventura que tuvo su padre lo que acabó con el matrimonio entre Dick y Jane. Dick y Josh se sonrieron mutuamente y Josh trató de no sentirse vanidoso. Te dije que no te dejaras llevar por ella… -Dame un respiro, Josh. Reacia a abrir la ventana de su habitación, que daba a las obras del edificio de al lado, Jo le dijo a Pippa que entornara la puerta que comunicaba con la cocina. Mientras Pippa se duchaba, Jo telefoneó a Shaun. Tengo a Shaun. -Vale, vale, lo siento. Pensaba que Josh estaba espiando para su madre, pero es peor aún: está intentando romper el segundo matrimonio de su padre.
Si te paras a pensarlo, es enfermizo venir a vivir con la familia que tu padre escogió por encima de la tuya propia. Guardo todo mi afecto laboral para Lola, que es un poco más joven que yo y proviene de una familia cariñosa. No sería capaz de pasar las noches de los fines de semana con mi familia. Qué miedo. -Solo quiero que sepas cómo están las cosas en Tiolandia. Hace años que quería deshacerme de él, solo que no sabía cómo. A lo mejor es que no estoy hecho para el matrimonio -le oyeron decir las chicas a Dick. Al principio Jo se negó con un gesto, pero cuando vio que los ojos de Pippa amenazaban con salírsele de las cuencas echó a correr en dirección a la puerta y trató de ver lo que había en la cocina. Pippa lo hizo, pero, en lugar de apartarse después, se quedó paralizada. Pippa estaba en medio, así que Jo le dio un ligero codazo y las dos se quedaron escuchando la una contra la otra.
Quiero saberlo todo. Quizá debería ir a hablar con las profesoras. A lo mejor es uno de esos hombres que solo odia la infidelidad de las mujeres -sugirió Pippa-, pero que piensa que para un hombre es parte de su virilidad. Oyeron una afilada carcajada por parte de Dick. A través de la rendija de la puerta vieron en la cocina a Josh y a Dick enfrascados en una acuciante conversación a media voz. Miro a través de la ventana de la tienda, chaqueta tottenham 2022 más allá de los maniquíes y mi corazón tartamudea. A través de la minúscula ventana solo distinguía a uno de los gatos sentado en un árbol, observando los acontecimientos. O lo era. Los chicos vinieron a la casa un poco temprano para poner la mesa de Póker y las chicas llegaron poco pasadas las ocho, menos Tina. —Ernesto Sábato ellos no parece existir una relación afectiva más allá de las acrobacias sexuales. Nuestra relación fue breve, tal vez no durara más de un mes, pero la impresión que me dejó pervive.
Al verla, Jo se quedó paralizada a su vez. Es más fácil que te pierdas si ya estás un poco desorientada. Y no encontró a nadie más con quien compartirlo en tan poco tiempo. No quiero que Gerry tenga celos de nadie. Hola -dijo Gerry despacio-. Papá -dijo Josh con firmeza-, ¿ Josh. -Pues claro -bisbiseó Dick a modo de respuesta-. Dick estaba verdaderamente aterrado-. Dick levantando la voz. Por lo menos ya no estoy tan confusa -dijo Jo pensando en voz alta-. Caramba -dijo Pippa-. Esto es demoledor. Tienes mucho que aprender acerca de las mujeres -dijo Dick con una risotada que acompañó al sonido del güisqui vertiéndose en un vaso. Jo se llevó las manos a la cabeza. Jo dejó caer la cabeza. Un presentador de programas infantiles -añadió, negando con la cabeza con tristeza-. Negué con la cabeza. Pippa se había dado una ducha tan caliente que al salir dejó que una oleada de vaho se colara en el cuarto de Jo. Pippa se apoyó contra el lavabo y se cruzó de brazos. Pippa le dio un codazo para que avanzara y Josh se encontró de repente al principio de la fila, frente a una profesora del Montessori que tenía una expresión que le decía que no le toleraría ni una palabra más.
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Con una expresión de gran contrición, Sheila se adentró en el recibidor de la familia Green como si no se hubiera pasado allí todos y cada uno de los fines de semana de su adolescencia. Sonrío como una boba. Dio un traspié, alarmado, mientras una moneda de cincuenta peniques caía al suelo. Sheila negó con la cabeza y luego bajó la mirada hacia el suelo. Lo fulmino con la mirada y le digo: —Es agradable —digo agradable como si fuera algo malo. Un amigo de la clase obrera como él debería haberlo sabido. Ya. Es que nunca he visto el mar, aunque he oído hablar de él muchas veces. Y mientras esto espanta el miedo en mí, tengo que recordarme que todo estará bien mientras él nunca lo averigüe. Pensé que así sería más romántico. No pensaba que me hubieran traído aquí sólo para ver cómo me ponía morado. El país entero había presenciado cómo pasaba de ser un adolescente violento y conflictivo a un hombre responsable, aunque algo promiscuo. No te he preguntado cómo estás -dijo Jo de forma automática. Traigo noticias -dijo por fin Sheila. La boda será en junio -dijo Sheila.