Deberías saberlo. -Sí, pero los viernes -dijo Dick-, ya sé que los tipos de la City salís a tomaros una copa bien merecida… -Sí, y lo odio. El viernes por la noche, Jo estaba más nerviosa por ver a Shaun que cuando fue a visitarla a Londres. Resulta que ella quería que el caballo saltase la valla -recordó-. Ya no puedo confiar en ella -dijo Dick-, y tal vez no tenga tiempo. Indignado como me sentía porque las cosas hubieran llegado tan lejos, me habría costado poco atravesarle la garganta y acabar con él de una vez. Vale, vale. Levanta un poco. Hubo una exhalación de complacida perplejidad, las niñas miraron a la víctima y, después, poco a poco, fue desencadenándose una oleada de carcajadas por toda el aula. Nos encantan estas bandas de reloj sostenibles y las hemos estado usando desde que las probamos por primera vez. No puedo dejarla en ese estado.
Era uno de los pocos recuerdos que me quedaban de ese desdichado matrimonio en Suiza, que acabó con Evangeline arrojándose desde el tejado del sanatorio donde estaba encerrada. Una vez más, aunque sin comerlo ni beberlo, era un hombre casado. Es decir… Me encantaría llevar las cuentas de un lugar que me importa de verdad, en vez de hacerlo para una empresa gigante y anónima… -Bueno, está claro que no somos gigantes. Claro. -No quiero hacerte llegar tarde a tu cita con Shaun -añadió. Josh. -Pues claro. -Pero… no lo hiciste cuanto te dije que no te dejaras llevar por el rollo publicitario de Jackie. Dick suspiró. -Voy a prescindir de Jackie. Dick se acercó y estrechó la mano de su nuevo contable. Voy a echar a mi contable. Rellené el vaso hasta tres veces, mientras Thérèse y Tom coqueteaban como si yo no estuviera presente, y cuando me disponía a excusarme y abandonar la habitación me vinieron a la cabeza unas palabras que ella había pronunciado. En parte porque le gustaba que ella lo necesitara. Quieres que te prepare un plato, cariño?
Ah. -¿Me ayudarás a subir la tele arriba antes de irte, cariño? Que te diviertas viendo la tele. Los suficientes como para saber lo que te haces. Ah. -Todo un acontecimiento, como te puedes imaginar. Sabe Dios cómo, pero… -Papá, para mí sería como un pasatiempo. Baja la mano entre mis piernas y toca la desnuda y más íntima parte de mí. Habla en voz baja y la luz que estaba en sus ojos cuando llegó, ha desaparecido. Papá -dijo Jo en voz baja mientras levantaban la tele-. Jo -dijo Shaun. Jo tomó una profunda bocanada de aire. Josh tomó aire y meneó la cabeza de lado a lado como considerando la propuesta. Josh le devolvió a su padre la sonrisa. Jo decidió concentrarse en maniobrar con el televisor por la estrecha curva de la escalera en lugar de maniobrar con su padre por las tortuosas curvas de su mente.
Cuando entraba en su casa, Betty me recibía con el acostumbrado delantal, secándose el sudor de la frente mientras se levantaba del suelo de la cocina, que estaba fregando, o dejaba de barrer la escalera. —Creo que esto funcionara mejor que esas —señalando hacia las toallas. Las almas de la ciudad, del mundo, ¿ Mercancía con licencia oficial del Tottenham F.C. Entrena como el Tottenham Hotspur. Actúa como si no te importasen mucho, y estarán a tus pies como esclavos. Es tan hermoso, como dije, único en su especie. Ni de lejos. Y como ya sabemos los dos, de no ser por aquella estúpida y maldita n… -No fue culpa de Jo… -¡ Y yo estaba sonriendo como una idiota. Aquí conocía a algunas personas, y mis padres nos habían dejado este apartamento, de modo que nos pareció una buena idea quedarnos. Bueno -suspiró-, si quieres algo de verdad, tienes que luchar por ello.
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Con una expresión de gran contrición, Sheila se adentró en el recibidor de la familia Green como si no se hubiera pasado allí todos y cada uno de los fines de semana de su adolescencia. Sonrío como una boba. Dio un traspié, alarmado, mientras una moneda de cincuenta peniques caía al suelo. Sheila negó con la cabeza y luego bajó la mirada hacia el suelo. Lo fulmino con la mirada y le digo: —Es agradable —digo agradable como si fuera algo malo. Un amigo de la clase obrera como él debería haberlo sabido. Ya. Es que nunca he visto el mar, aunque he oído hablar de él muchas veces. Y mientras esto espanta el miedo en mí, tengo que recordarme que todo estará bien mientras él nunca lo averigüe. Pensé que así sería más romántico. No pensaba que me hubieran traído aquí sólo para ver cómo me ponía morado. El país entero había presenciado cómo pasaba de ser un adolescente violento y conflictivo a un hombre responsable, aunque algo promiscuo. No te he preguntado cómo estás -dijo Jo de forma automática. Traigo noticias -dijo por fin Sheila. La boda será en junio -dijo Sheila.
