La verdad. -Apenas me acordaba de su nombre cuando estaba contigo. Y de verdad que me caes bien, pero no me gustas, ni ahora ni nunca. Bueno, es que estaba buenísimo -sonrió Jo mirando el reloj de cocina. N. de la t.: Nigella Lawson es una periodista británica que escribe libros de recetas y presenta su propio programa de cocina en el Channel 4 de la bbc. Aquella misma noche, en una cocina de Highgate, una fructífera reunión estratégica estaba llegando a su conclusión natural. Levántate -ordené con una voz grave que jamás me había oído-. Papá -dijo Jo en voz baja mientras levantaban la tele-. Bien -dijo contemplando el listado que Cassie y ella habían completado-. Yo soy única y estrictamente para tus ojos, excremento de cerdo, mi bien. Hilda abrió bien los ojos. Shaun abajo. -No… te quedes -murmuró Hilda. Buena… suerte -murmuró. Jo sonrió y se encaminó escaleras abajo.
No tengas prisa en volver, Jo -le gritó desde las escaleras. Bill empezó a subir las escaleras mientras ellos abrían la puerta principal. Jo decidió concentrarse en maniobrar con el televisor por la estrecha curva de la escalera en lugar de maniobrar con su padre por las tortuosas curvas de su mente. Tu padre fue la mejor Titania que se vio en su colegio. Jo se volvió al oír aparecer a su padre detrás de su madre. Cassie asintió mirando a su madre. Buenas noches. Al llegar a la puerta, se dio la vuelta y miró a su madre. En cuanto entré por la puerta, Dominique se puso a chillar. Los fines de semana Dominique solía cenar en casa de los Amberton, pero la noche anterior no había aparecido. Lo que ocurre -proseguí, sin hacer caso de sus posibles dudas, ya que en ese momento sólo me interesaba reafirmar los sentimientos de Dominique hacia mí- es que me ve como su… -Me interrumpí, preguntándome qué imagen tendría de mí-. Pero, en primer lugar, no quiero enamorarme otra vez y, en segundo lugar, estoy feliz con mi vida tal como es. Amberton-, Vivió sola toda su vida y siempre vistió igual.
De pronto me encontré en una posición de responsabilidad, cosa que siempre había rehuido, y mi sencilla y solitaria vida se vio completamente alterada. Creo que hice una cosa que no le gustó. Shaun esbozó algo parecido a una sonrisa y soltó una risotada. Sí -respondió con una sonrisa radiante. Sí -dijo Shaun. -No -dijo Jo. Hubo un silencio. -No lo sé -dijo Jo-. El director pidió silencio en el plato; alguien le sacó la revista al chico, que protestó airado; los técnicos se apartaron del objetivo de las cámaras y empezó el playback. Ah, bien -dijo al ver las sobras que había dejado Hilda-. Me alegra que lo pasarais bien. Había pasado por incontables sufrimientos y maltratos, había paleado mierda y almohazado caballos muchas más veces de las que podía recordar. Lo había visto un par de veces a lo sumo, y entonces no era ni la sombra de lo que había sido.
Ahora lo único que tenía que hacer era averiguar quién iba a ayudarla a tomar esa clase de decisiones trascendentales en el futuro. Maisy cogió el libro de manos de Arabella y, leyéndolo ostensiblemente, ofreció una impactante y asombrosa parodia de la niña más callada y tímida de la clase. Me miró fijamente como si se temiera lo peor y decidió apoyarse en una esquina del escritorio. Sabe Dios cómo se te ha ocurrido tal cosa, muchacha, pero esos muñecos no los quiero.» De la pared situada detrás del escritorio colgaba un certificado en un marco impreso en artísticos caracteres: Por el presente se certifica que MR. Los muñecos PF se venden muy bien.» Ayesha se volvió y le sonrió. La publicación incluía un video de Wyatt dando vueltas en el exterior con un gran par de botas de vaquero, tocando su guitarra y cantando una canción inventada sobre cosas que amaba. He hablado con algunas personas sobre el asunto.
Me doy por vencida con un mohín y convenzo a las chicas para jugar al Uno conmigo en la mesa del comedor. Se sentaron a la mesa del restaurante frente a frente. Me encontraba apostado en una esquina frente al Tribunal de Justicia a la espera de que apareciera alguna posible víctima. Amberton antes de hincarle el diente a una costilla de cordero-. Zulu, señora Amberton -concluyó, y se alejó renqueando. Esta noche van a ver lo que quiera mamá -le explicó al salir a la fresca noche primaveral. Hay que sacar a relucir un lado de la gente que ni siquiera ellos saben que tienen. Mi hermano David sí que sabe, y no sólo francés, sino también italiano, latín, griego… Habla de todo. Sí -contestaron. El camarero anotó su pedido y volvieron a empezar. Y mientras no esté segura de que es capaz de cuidar de sí misma no pienso apartarme de ella.
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