Si te fijas, hay un tercer color, que es el azul marino en los remates del cuello y las mangas. A veces, las cosas fluyen con tal facilidad en el juego merengue que cualquier aficionado podría pensar que incluso si él mismo supliese a Kroos, o a Modric, o a Bale, el resultado sería el mismo. El técnico francés ha conseguido que los blancos conviertan ese impulso caótico que les caracterizaba en una fuerza abrumadora que arrasa allá dónde va.