Pero si el Wimbledon es famoso es por el apodo que se ganó en los últimos años de los 80: la ‘Crazy Gang’ (algo así como la ‘Pandilla Loca’). El nombre lo recibieron los jugadores del equipo por varias razones: en primer lugar, porque era un grupo de jugadores que era famoso por estar todo el día gastando bromas pesadas entre ellas, por su comportamiento excéntrico dentro y fuera del terreno de juego y por no ser, precisamente, un ejemplo de juego de toque, sino más bien todo lo contrario.