En las dos temporadas siguientes el club no consiguió ningún título, aunque Johan continuó marcando la diferencia como estrella futbolística. La superstición del jugador, y quizá su rebeldía ante la prensa, hicieron que desde entonces fuese su número favorito, llevándolo en los partidos como internacional y en sus futuros equipos. El primer presidente del consejo de administración fue Eugenio Prieto Álvarez, quien ya desempeñaba el cargo de presidente del club desde 1988. Celso González García se convierte en el máximo accionista de la entidad.