Inmediatamente después de la Copa América, Argentina tuvo que jugar las eliminatorias para la Copa Mundial de 1994, celebrada en los Estados Unidos. Se sustituyeron las habituales franjas rojiblancas por los que parecían manchas de la famosa salsa de tomate. Esteban Álvarez, Jorge Fernández, Crispín Maciel (que venía de firmar veinte dianas), Kraus y Ferriera. No hay explicación oficial, pero hay una algo efectista: los mejores equipos de esos años vestían de azul; Uruguay (bicampeón olímpico y campeón mundial), Italia (para el 38 ya bicampeón mundial) y Argentina (subcampeón en Mundial y Juegos Olímpicos).