Junto a la mesa del salón vi un rostro conocido: la madre de Tommy en la serie, una actriz que en los años sesenta había tenido bastante éxito en películas cómicas. Tomó conciencia de que aunque viviera cien años jamás me perdonaría el crimen que estaba a punto de cometer. Una chica que no aparentaba más de doce años estaba dándole los últimos toques al maquillaje. Esta chica será mi muerte. Verá a una chica sentada a una mesa; pídale que llame a Tommy por el telefonillo. Abrí la puerta y di mi nombre a la chica sentada a la mesa. Se habrá enterado de que Sam se ha enrollado con su chica. Acepté la invitación que me hizo Tommy para pasar la tarde en el rodaje porque necesitaba distraerme un poco y olvidarme de mis problemas. Mientras tenía lugar ese diálogo, dos cámaras se movían un poco sobre el travelling mientras las otras filmaban a los actores por encima del hombro.
A los lados colgaban grandes fotos enmarcadas de, supuse, los actores y actrices «le la serie, tanto del pasado como del presente. Uno de los actores -repuse-. Me planteé presentarme a la prueba, pero mi agente me lo sacó de la cabeza, porque si tengo éxito en un papel de hombre maduro nunca me llamarán para encarnar personajes más jóvenes. Aunque la serie era un éxito rotundo -merced a un guión ingenioso y divertido y unas actuaciones simples y atractivas para el público estadounidense-, el equipo que la producía jamás se dormía en los laureles. Tara Morrison era una de las pocas estrellas de verdad de este canal -afirmó. Es la pura verdad -replicó Davy, a la defensiva. Ha sido Carl, seguro -intervino Davy, feliz de cambiar de tema por un rato-. Pero, claro, no se sabe si el padre de la criatura es Carl, el nuevo camarero o yo. Fíjese, de nuestro canal sólo me interesa ver un doce por ciento de los programas.
La puerta se abre y el Tío Jerm está de pie frente a su escritorio, sonriendo con los brazos abiertos. Al pie de cada una aparecían dos nombres impresos, el real y el ficticio, así i omo la fecha de su actuación. Tenía un acento barriobajero, pero en la vida real hablaba como una dama de sangre azul. Estaba claro que había recibido una paliza recientemente: tenía el ojo izquierdo medio cerrado y tumefacto, la mejilla muy hinchada, un labio partido y un repugnante hilo de sangre seca en la barbilla. Un ejemplo claro es el film de 1955 “Rebelde sin causa”, protagonizado por James Dean, que cuenta la historia de tres jóvenes que coinciden en una comisaría y que mantienen una relación conflictiva con sus familias. Un desnudo extremo del alma de una persona. La recepcionista se enderezó, se pegó el chicle detrás de la oreja y empezó a teclear briosamente su ordenador, observando a la estrella con el rabillo del ojo.
Al final del pasillo vi la foto de mi sobrino y leí: «Tommy DuMarqué-Sam Cutler, camisetas de futbol replicas 1991 en adelante.» Aparecía serio y circunspecto. Tara cumplió su contrato hasta el final y después decidió no renovarlo. De acuerdo, no digo ni que sí ni que no, pero entonces no entiendo por qué llevaba la blusa desabrochada hasta el ombligo, enseñando las… ya me entiendes, sudadera tottenham 2022 para que todo el mundo las viera. Haggar, conocido por su ropa masculina, está descontando seriamente su línea de pantalones de hombre, con hasta un 65% de descuento en algunos de sus pares más populares, desde pantalones vaqueros hasta pantalones de vestir y caquis. Venga, hombre, por favor, ¡ Vestía téjanos desteñidos y una ceñida camiseta negra que le marcaba los pectorales y los músculos del cuello y dejaba al descubierto sus brazos morenos y fuertes. Mis brazos están temblando, pero es mejor que sentarse a esperar que te asesinen.
Qué queréis que os diga, nunca he creído en el trabajador incansable. Dime que no parecía que necesitaba un abrazo! Lo malo es que no puede hacerse ahora el test de paternidad, pues tiene algo raro en los genes y si se hiciera la prueba podría dañar al feto. Pues te lo diré. Es a él a quien le importa un pepino, entérate de una vez, pues hará una buena boda, aunque no con ella. «Si lo está usted, cuenten conmigo», dijo él. Tina es la última y besa a B-Rock en la mejilla mientras lo mira como si él personalmente iluminara todas las estrellas de la noche. Soy idiota. Si no envío a alguien para que vaya por ellas estarán esperando toda la noche. Usted representa todo lo que ha estado mal en Estados Unidos durante años.» Es el mismo cáncer que está extendiéndose a nuestro alrededor, Matthieu. —Hey, no tenías que levantarte durante otra media hora.
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