La camiseta visitante del FC Barcelona debía irradiar el encanto de la camiseta local con el rojo y el azul. Esta camiseta con paneles verticales superpuestos recuerda más a una armadura romana usada por un soldado que iba a enfrentarse a Obélix que a una camiseta de fútbol. «Hacía las veces de intermediario, al traer de una vez varias prendas los gastos de envío se reducen y gracias a ello me sacaba entre 7 y 10 euros por cada una que vendía después».