Esta vez, ni siquiera el tardío gol del astro francés para ir a penaltis desalentó a los asistentes, equipacion de alemania que no dejaron de cantar hasta que se llevaron la tanda. Soy un yonqui del culebrón, lo sé. Su gol fue un bálsamo para los fantasmas que sobrevolaban el Latin Palace. En la Posada de Don Rodrigo no podía faltar un grupo de marimberos que tocaban varias veces al día en el patio principal.